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INTRO: APRENDIZAJE HUMANÍSTICO

Bienvenidos a este segundo módulo, en el que nos detendremos en el aprendizaje humanístico, del que proponemos empezar respondiendo la pregunta ¿A qué se le llama aprendizaje humanístico?  para lo cual partimos de la propuesta de la UNESCO (2015),

La visión humanista reafirma una serie de principios éticos universales que deben constituir el fundamento mismo de un planteamiento integrado de la finalidad y la organización de la educación para todos. Dicho planteamiento tiene consecuencias a la hora de idear procedimientos de aprendizaje que favorezcan la adquisición del conocimiento adecuado y la formación de competencias al servicio de nuestra humanidad común. El planteamiento humanista aborda el debate sobre la educación más allá de la función utilitaria que cumple en el desarrollo económico. Se preocupa ante todo por la inclusión y por una educación que no excluya ni margine. Funciona como guía para afrontar la transformación del panorama del aprendizaje a nivel mundial, en el que la función de los docentes y otros educadores sigue siendo primordial para facilitar ese aprendizaje con miras a un desarrollo sostenible para todos (p.37).

En la educación humanística, el centro es el ser humano, López Calva (1996: II) señala que el proceso de enseñanza–aprendizaje es, fundamentalmente, un proceso de "encuentro humano" en el que tiene lugar el diálogo atento, inteligente y razonable, así como la libre valoración sobre los diversos aspectos de la realidad que se estudia, con el propósito de ampliar el "horizonte de comprensiones, significados y valores que intervienen en él". Desde esta visión, según Patiño (2012) se sostiene así la concepción del ser humano como un ser en proceso de autoconstrucción, como un proyecto de sí mismo que busca su realización actualizando seis dinamismos "fundamentales": creatividad, libertad, criticidad, solidaridad, integración o armonización de su mundo afectivo y "conciencia de su propio actuar".

Para llegar a un aprendizaje humanístico, es importante tener claro que el diálogo y la participación grupal son una herramienta esencial en esta formación, de ahí que la labor del docente es importante como mediador de este proceso y por tanto, es importante que su práctica docente sea efectiva y vaya más de los estándares establecidos para un profesor, docente, etc.

Pero todo esto nos lleva a una pregunta ¿Cuáles son los rasgos que debe desarrollar un docente para ser considerado efectivo en el aprendizaje humanístico? Aquí presentamos algunos.

  • Son conscientes de la diversidad, la cual orienta sus decisiones en la planeación y conducción del curso.
  • Asignan un papel central a las preguntas.
  • Vinculan las buenas preguntas con una selección cuidadosa de buenos textos.
  • La promoción de la reflexión crítica es el núcleo central de la educación humanista.
  • Ayudan al alumno a ampliar su horizonte para asumir su propia postura ética.
  • Se esfuerzan por establecer vínculos personales con los alumnos para construir el espacio colectivo de "nosotros". 
  • Mantiene un horizonte extra-aula y de largo plazo.
  • Logran un impacto trascendente en la vida de sus alumnos.
Es importante anotar que la teoría humanista propone un aprendizaje significativo y vivencial, y lo define como el proceso que modifica la percepción que los individuos tienen de la realidad, y deriva de la reorganización del yo. De ahí, que busque que el estudiante descubra libremente sus objetivos, sus necesidades, sus sentimientos y sus ideas. 

González (2010, p.22), afirma que la formación humanista debe encaminarse hacia "la participación activa del estudiante en su aprendizaje, en los procesos de comunicación y cooperación a partir del trabajo en equipo, en el cual todos pueden aprender de todos; al potenciar el desarrollo de un pensamiento crítico y reflexivo que propicie el acercamiento cognitivo y afectivo con el objeto cognoscente para el desarrollo de determinadas actitudes y conductas". Es por ello que el modelo ChanGo considera importante que en las escuelas se lleve una formación humanista que permita un aprendizaje en la misma línea, lo que conlleva romper con los esquemas tradicionales, considerando que “el fin último de la educación no es la perfección en las tareas de la escuela, sino la preparación para la vida; no la adquisición de hábitos de obediencia ciega y de diligencia prescrita, sino una preparación para la acción independiente” (Pestalozzi, 1976 p. 180, citado por Sánchez & Andrade, 2017). 

Finalmente, en el aprendizaje humanístico, se consideran los aportes planteados por Maslow, que concibe a los y las estudiantes como seres creativos, libres y conscientes, capaces de analizar el mundo que los rodea, comprometidos, no solamente desde la parte cognitiva sobre su aprendizaje, sino también desde la parte afectiva. En este caso el docente es un facilitador del aprendizaje y para ello debe presentarse con actitudes auténticas frente sus estudiantes, apreciarlos y tener una comprensión empática con ellos, junto con una confianza profunda sobre el ser humano.  Este tipo de aprendizaje se plasma principalmente, desde la propuesta ChanGo, a través de la asamblea y de las tutorías comunicativas, que son los temas que a continuación se presentan.