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TEMA 1: ¿Educación Positiva?

En la actualidad, hablar de Educación Positiva, es más cotidiano que hace algunos años. Para muchos es un modelo, un enfoque pedagógico, para otros un paradigma o una aplicación y más allá de ello, la Educación Positiva está revolucionando la manera de enseñar, porque no se limita a los contenidos sino que trasciende  para quedarse en la persona, en su integridad. 

Tras la pandemia, la educación ha venido afrontando varios retos, de manera que se pueda garantizar no solo el acceso de niños y jóvenes al sistema escolar, sino también lograr que puedan desarrollarse en entornos seguros y beneficiosos para su desarrollo personal, principalmente el emocional y bajo este escenario, la Educación Positiva surge como una propuesta innovadora que implica un gran cambio cultural, que encamina a los docentes a pensar en la educación desde una visión integral que involucra no solo el abordaje de aspectos académicos, sino de factores emocionales y sociales. (Universidad Técnica Particular de Loja [UTPL], 2023)

La Educación Positiva es un “modelo que fomenta la creación de un Ecosistema de Bienestar paraLa importancia de implementar una educación positiva | Compartir Palabra  maestra impulsar el desarrollo integral de las personas, tanto a nivel individual como colectivo” (Universidad Siglo 21, 2021, p.1). Además, “se define como la aplicación de la Psicología Positiva al mundo educativo; cuyo objetivo es conseguir un mundo más feliz a través de la educación” (Educación 3.0, 2023). El abordaje desde la disciplina positiva supone mucho más que solo cuidar lo estrictamente académico-curricular, aborda la educación desde la integridad del ser, se trata de no solo aprender sino ser feliz mientras se aprende, pero también ser responsable, respetuoso, empático, disciplinado y otra serie de características. Implica entonces no solo la formación del profesional sino también la de la persona. 

Para Arguís, et al., (2012) es una aplicación de la psicología positiva, donde el  objetivo principal del educador es “capacitar a los niños y jóvenes para desplegar al máximo sus aspectos positivos – sus fortalezas personales – y potenciar su bienestar presente y futuro.” (p. 3).

La disciplina positiva es una corriente educativa que defiende que la clave de la educación no reside en el castigo, sino en el respeto entre personas. A través de esta teoría se enseña a padres, profesores y técnicos de educación Infantil a ser respetuosos, amables y firmes de forma simultánea, con el objetivo de que los niños desde temprana edad aprendan a cooperar y ser disciplinados, sin que por ello tengan que perder su propia dignidad (Domínguez. s/f. Instituto Oficial de Formación Profesional).


Debe añadirse que  presenta un nuevo paradigma y enfatiza las emociones positivas, los rasgos positivos del carácter, el significado y el propósito del estudio, y la motivación personalizada para promover el aprendizaje, para brindarle al estudiante las herramientas para vivir una vida plena, dentro del entorno académico y más allá de él. Este paradigma se basa en una educación tanto para las habilidades tradicionales de logro académico, como para las herramientas para el bienestar integral (Seligman, Ernst, Gillham, Reivich y Linkins, 2009).

Otro aspecto importante es que no solamente postula que las herramientas de la felicidad se deben enseñar, sino también se basa en el fundamento empírico de que el bienestar se puede enseñar, porque “se enfoca en promover una educación basada en las fortalezas del ser humano, también conocido como recursos psicológicos positivos” (Vázquez y Hervás, 2008). 

Veamos a continuación otro punto importante que son las características de la Educación Positiva.

  • Propone fomentar «habilidades» positivas como el optimismo, la resiliencia, la inteligencia emocional y la gratitud entre el alumnado.

  • Se dedica a investigar, proponer, implantar y divulgar las teorías y las técnicas científicamente validadas, aplicables al campo de la educación, siempre en un sentido amplio, abarcando instituciones educativas, educadores, alumnos y familias.

  • Enseña habilidades tradicionales para el éxito, y además enseña las herramientas que permiten al individuo y a su comunidad prosperar y florecer. 

  • Se centra en el cultivo del bienestar en alumnos, profesores y administradores educativos, para crear un ambiente que fomente el crecimiento del estudiante y de la comunidad académica.

  • Propone que el bienestar debe ser enseñado, por su valor intrínseco y por su valor instrumental.

Se trata entonces de una forma de educar que no se limita a un currículo prescriptivo sino que se orienta hacia fomentar habilidades y capacidades, fortalecer los procesos educativos emocionales, dando a estos una categoría de igualdad de importancia que a los conocimientos academicistas, responde de forma directa a la brecha histórica que siempre se ha marcado en la que la gran importancia de la educación ha sido relegada a materias como lengua y matemáticas. Es decir que pone en un plano igualitario, remarcando la necesidad de la formación de la persona tanto como el profesional y prioriza el trato, el respeto mutuo, la empatía entre otras. 

Es importante que se exponga que esta es una perspectiva desde la que se ve la educación positiva, este es un campo amplio que no se puede reducir a esta breve presentación pero que se vuelve difícil de abordar en uno solo o una serie corta de temas, entonces queda invitar a hacer una revisión personal y profunda de los recursos que estén en las capacidades de cada uno y que ayuden a fortalecer los conocimientos que al respecto se tengan y mejorar la docencia en la práctica. 

Finalizamos este tema exponiendo lo siguiente: “promover este tipo de modelos no solo favorece el rendimiento académico de los estudiantes, también estimula su capacidad para interactuar con su entorno y brinda mayores posibilidades de garantizar la permanencia de un estudiante en el sistema educativo” (Carrera).