TEMA 4: MOBILIARIO Y EQUIPAMIENTO PARA LA ADECUACIÓN DE UNA ESCUELA JUSTA Y DE CALIDAD
“Se describe la infraestructura escolar como
el conjunto de bienes muebles (mobiliario y equipo) e inmuebles (terreno,
construcciones y áreas afines) de los cuales hacen uso las comunidades
educativas para los propósitos básicos de la enseñanza y el aprendizaje”
(Sáenz (como se citó en Zabala 2016,p.11). Es decir que en su conjunto varios son los elementos y condiciones
constructivas que se muestran vinculadas a la infraestructura escolar de manera
funcional para todas las actividades académicas.
El mobiliario y
equipamiento escolar permiten una escuela justa y de calidad, de ahí que desde
el modelo, se dota a cada escuela del mobiliario y de los materiales
pedagógicos y digitales necesarios para poder aprender de manera natural,
eficaz y armónica.
El equipamiento
escolar, responde precisamente al modelo, por ello el mobiliario no sólo
permite la comodidad en los espacios escolares, sino el aprendizaje desde las
diferentes metodologías activas que se utilizan en el modelo: Cooperativo, Aprendizaje por ambientes, Aprendizaje y Servicio, etc.
“El medio
arquitectónico no sólo induce funciones, facilitando o dificultando
movimientos, promoviendo o entorpeciendo la ejecución eficaz de tareas, etc.,
sino que transmite valores, promueve identidad personal y colectiva, favorece
ciertas formas de relación y convivencia” (Romañá, 2004. p.207). Es decir, el
ser humano dentro del medio arquitectónico no solo es simple espectador, sino
más bien que por su esencia, tiene el poder de aprovechar lo poco o lo mucho
que le ofrezca para su pleno desenvolvimiento, a pesar de ello existe otro
factor que se acomoda en ese accionar humano y es precisamente la convivencia,
que desemboca de la riqueza cultural que posee cada Institución educativa en
particular, del cual, quienes permanecen en él se apoderan del ambiente e
interactúan tanto con objetos y con personas.
La
adecuación de los espacios escolares permite la construcción del conocimiento,
ya que en el espacio físico se pone en juego cuerpo y mente para el proceso de
enseñanza-aprendizaje. El espacio escolar en sí permitirá grandes experiencias
para los estudiantes, mismas que serán vivenciadas a través de la exploración
del mismo, en esencia el material que este disponga tendrá que ser consecuente
a la edad de los estudiantes, sobre todo para su integralidad y seguridad,
siendo que los mismos deberán corresponder a ciertos criterios que ésta
pedagogía solicita, algunos de ellos la asepsia,el tamaño, los materiales con
los que son construidos etc., indispensable por el uso constante de los
materiales, que tras su desgaste no tienen el mismo impacto sobre los niños que
un material completamente atractivo para la vista por sus colores, su limpieza
y su utilidad.
Esto
anterior expuesto está vinculado estrechamente con las propuestas hechas por
Montessori, o en lo que se refiere a los experimentales y en general las
metodologías que desde ChanGo se proponen. El ideal del que se parte es uno en
que los y las estudiantes tengan acceso a espacios dignos en los que cuenten
con los suficiente recursos necesarios para poder desempeñarse en una clase,
para construir el aprendizaje desde la práctica. Espacios agradables con
recursos suficientes y mobiliarios de calidad.
Una
educación de calidad y calidez, que desee brindar las mejores oportunidades de
desarrollo a los estudiantes tendrá que estar dispuesta a observar todo aquello
que lo implica, como es el caso del equipamiento escolar, puesto que no solo se
trata de un objeto dispuesto en el espacio de aprendizaje, sino que adquiere
una funcionalidad de acuerdo con las necesidades de los estudiantes y del
contexto escolar.
Ante lo mencionado, cabe recalcar la importancia de
los recursos didácticos y materiales ya que son ellos el apoyo didáctico que refuerzan la actuación del docente, optimizando el proceso de enseñanza-aprendizaje. Entre los recursos educativos didácticos se encuentran material audiovisual, medios didácticos informáticos, soportes físicos y otros, que van a proporcionar al formador ayuda para desarrollar su actuación en el aula.
En una escuela de calidad, estos
recursos son utilizados y en muchos casos diseñados por docentes respondiendo a
los requerimientos, motivando y despertando el interés de los estudiantes para
fortalecer el proceso de enseñanza aprendizaje, permitiendo la articulación de
los contenidos teóricos de las materias con las clases prácticas con el
objetivo de que el aprendizaje sea más concreto y menos teórico, es decir un
aprendizaje más para la vida.
Otro aspecto de especial
importancia es la incorporación de la tecnología, bibliotecas, libros (la
necesidad de la incorporación de espacios de lectura con libros adecuados a los
intereses y niveles de desarrollo, espacios que potencien las habilidades comunicacionales).
Es decir no solo la incorporación de libros sin un sentido o propósito sino
libros que cumplan funciones específicas, que permitan el abordaje de temas
concretos y que despierten interés en los nuevos lectores. Un libro puesto sin
pensar en el estudiante es un libro que probablemente nunca será usado, y en cambio un libro que ha sido pensado y propuesto partiendo de
los posibles lectores, su contexto e intereses tiene más posibilidades de que
sea leído y comprendido.
Escolano (2000) piensa que: “los
espacios educativos, como lugares que albergan la liturgia académica, están
dotados de significaciones y transmiten una importante cantidad de estímulos,
contenidos y valoraciones del llamado curriculum oculto” (p.184).
En esencia
los espacios escolares facilitan los aprendizajes por medio del papel funcional
que ejerza, es decir desde sus dimensiones y la ubicación del equipamiento
escolar que proporcione toda la motivación necesaria para que los estudiantes
puedan acceder a la construcción del conocimiento; pero no solo dependerá de la
predisposición de los espacios, sino la organización que esta posea de acuerdo
a los aprendizajes que se esperan lograr en los estudiantes, para esto los
docentes deberán planificar y utilizar estos espacios con fines pedagógicos y
no de simple entretenimiento estudiantil o para quemar horas no planificadas. Todos los espacios influyen en el quehacer cotidiano, y no sólo aquellos en los
que se desarrolla de una forma más directa la labor docente. El ambiente
escolar es uno de los aspectos más influyentes en la creación de un clima
positivo para el aprendizaje y este ambiente empieza en el vestíbulo de la
escuela. (Doménech y Viña, 1997, p. 40).
Lo anterior expone una de las
grandes verdades que el modelo ChanGo retoma, en el sentido que el aprendizaje
no se da sólo a partir de los contenidos curriculares sino de los espacios, de
la interacción con éstos, del entorno y la forma en que este entorno afecta o
condiciona a los estudiantes. Estas son algunas de las razones por las que se
aborda el mobiliario como uno de los aspectos a tomar en cuenta para una
educación de calidad.
El proceso
de aprendizaje es inherente al ser humano y se muestra activo en todos los
procesos evolutivos desde su nacimiento; este aprendizaje es mucho más
significativo en la edad infantil precisamente por el gran número de conexiones
neuronales que permiten la fácil absorción de los conocimientos que el propio
individuo es capaz de construir por medio de la interacción constante con la
naturaleza, los objetos y los demás individuos.
Aquellos
aprendizajes nuevos, sustituirán a los ya existentes, produciendo un desequilibrio antes de que estos sean guardados en la memoria. Los
aprendizajes infantiles se suscitan por medio del juego y la exploración
continua del medio, no precisamente si son los docentes quienes le ofrecen todo
tipo de conocimiento, sino al contrario que estos sean descubiertos y
experimentados por los estudiantes, de modo que puedan saciar sus dudas y
curiosidades por sí mismos. En tal sentido el cerebro infantil va a requerir
estímulos con afecto, que le permitan acceder a su lado emocional y que a
partir de ello nazca la predisposición y la alegría de aprender bajo las
mejores condiciones y en el mejor de los ambientes
Dentro de
este mismo tema surge otro elemento importantísimo a destacar, el cual se
refiere a la predisposición y sobre todo al adecuado conocimiento que tengan
los docentes para utilizar de manera apropiada y pedagógica el equipamiento
escolar, pues en muchas instituciones educativas se observan los equipos muy
bien guardados y los materiales llenos de polvo y telarañas porque el/la
docente simplemente o no los quieren utilizar o no saben cómo hacerlo, a más
que su uso pedagógico estaría también bajo análisis, pues se ha evidenciado que
el equipamiento escolar no es utilizado para este fin, a lo mejor para que los
niños tengan algo en qué distraerse, en el caso de los materiales y equipos,
pero no bajo un propósito pertinente. Por esto, dentro de esta propuesta de una
escuela justa y de calidad se aborda la formación docente como una de las
prioridades.
La clave de un
espacio educativo Chango radica en la importancia de la preparación del
ambiente. Los espacios están organizados de manera que el aprendizaje sea
práctico y sensorial, fomentando la exploración y la experimentación. Por
ejemplo, en un aula de nivel Inicial, existirán rincones para juego simbólico,
construcción y vida práctica; mientras que, en aula Montessori de Básica
Elemental y Media se diseñan áreas específicas de matemática, lengua, zoología,
botánica y geografía. En los niveles de Superior y Bachillerato, se diseñan
aulas de emprendimiento y servicio, ingeniería y carpintería, comunicación y
medios audiovisuales. Así, para cada etapa de desarrollo todas estas áreas
están equipadas con el mobiliario y los materiales adecuados desafiando a los y
las estudiantes a medida que adquieren nuevas habilidades y fortalecen las que
poseen.
Con esto se
puede concluir que es necesario que en la educación se tenga acceso a buenos
recursos, mobiliario y espacios bien diseñados y a la formación de docentes que
ayuden a su buena utilización. Esto unido a muchos otros factores contribuyen a
la construcción de una educación justa y de calidad.