Para abordar el acto educativo, es importante tener claro que la pedagogía no se trata de una
acción aislada que se da y aborda desde una misma perspectiva, sino de un acto
complejo que no se limita a guiar y/o conducir
como un acto consciente solo por parte de “el que educa” y alejado de la
realidad del que “es educado”. La evolución de
los procesos educativos ha dado pautas que orientan a una acción compleja que
se ve influenciada por diversos factores,
que permiten un proceso consciente de parte de todos los actores involucrados.
Según Nicoletti (2006) "el acto educativo es abordado como objeto de reflexión y de transformación, constituyéndose en un elemento integrador entre la teoría y la práctica con el fin de favorecer el enaltecimiento de la institución educativa, del docente y del alumno"(p.1). Lo que constituye al acto educativo como parte importante del quehacer pedagógico, que va más allá de la transmisión de contenidos, pues responde a la finalidad de la educación que según este autor es:
Llevar a la persona a realizar su propia personalidad, dado que es
todo aquello que contribuye a proyectar las habilidades, aptitudes y
posibilidades del individuo, y a crear, corregir y ordenar sus ideas, hábitos y
tendencias. En función de complementar esa finalidad, el acto educativo engloba
diferentes agentes y componentes” (p.3)., que
se muestran en la infografía a continuación.
En ese sentido, la pedagogía hace un aporte importante al proceso
educativo, porque aborda la educación como objeto de reflexión y práctica de
forma complementaria; sin embargo, esto sólo
es posible desde una visión muy amplia, en el que el proceso y los implicados cumplen un rol
importante, considerándolo como objeto de conocimiento y de transformación por parte de sus agentes y como un elemento integrador entre la teoría y la práctica de la enseñanza.
Debe mencionarse, dentro de esos roles, que el docente, como agente, es el encargado de propiciar espacios de calidad, en los que se integren las experiencias cotidianas y se aproveche las situaciones de forma que se vuelvan recursos de los que se aprenda, por su parte, el estudiante adquiere, desde nuestra perspectiva, un rol activo en tanto como agente del acto educativo y protagonista de su aprendizaje éste debe de ser un investigador, curioso, proactivo con capacidad de razonar, de forma que se construya su propio aprendizaje a partir de lo que proveen los demás componentes.
Finalmente, el acto educativo, con los componentes y agentes que lo hacen visible, nos invita como educadores, maestros, docentes a recordar que:
La educación es lo que sobrevive cuando lo que se ha enseñado se olvida (Skinner)
De ahí que el acto educativo, debe ser llevado con responsabilidad y compromiso, además de todo el proceso que incluye.